OTTO SCHARMER: Crear islas de coherencia para transformar los sistemas operativos de América Latina
August 17, 2024
En el marco del Encuentro Iberoamericano de la Sociedad Civil, realizado en México y organizado por El Centro Mexicano de la Filantropía, Otto Scharmer, fundador del Presencing Institute, se refirió a que la sociedad requiere implementar un profundo cambio de sistemas para enfrentar las disrupciones del momento actual. Su conferencia fue basada en el modelo de cambio sistémico, usando metáforas y el Modelo del Iceberg del Pensamiento Sistémico que sirven a la sociedad para enfrentar problemas que no tienen precedente.
Fuente: Helio Borges/ Medium / Otto Scharmer
Blog Colegio Altos Estudios de Quirama

Objetivos : “Intercambiar información y generar experiencias en áreas académicas, productivas, gubernamentales y de la sociedad en temáticas de adaptación, mitigación y educación en cambio climático. Integrarnos con modelos exitosos de nuestro continente y compartir los saberes y experiencias que generan sinergismos para nuevas ideas exitosas”. Lugar : Buenos Aires, Argentina Modalidades : presencial y virtual Organiza : Universidad Nacional de Luján Clic para más información ACÁ

En forma pionera, hace casi sesenta años, Jorge Rodríguez Arbeláez, fundador del hoy Colegio Altos Estudios de Quirama, entendía que en nuestra sociedad había que ejercer un liderazgo diferente. Que existía una crisis ética y moral en la dirigencia, y que eso tenía que ver con la manera de ejercer el poder, no en beneficio propio sino de toda la colectividad, del bien común. Entendía que la cultura y nuestra forma de vivir tienen importantes alcances y repercusiones sociales y ecológicas, ya que, de una manera u otra, siempre somos cocreadores de cultura. Con la intención de que quienes ostentan cargos de dirección, pública o privada, fueran más conscientes y responsables de su papel creador de cultura y cuidadores del medio ambiente, Jorge Rodríguez Arbeláez fundó la institución que en 1989 se convirtió en el actual Colegio Altos Estudios de Quirama, como Escuela de Liderazgo. Hoy consideramos que la visión premonitoria del fundador, propia de un hombre dedicado a la indagación profunda, y comprometido con el ejercicio del pensar integral e integrador, no solamente sigue siendo válida, sino más urgente que nunca. Así, por más de 40 años, hemos seguido trabajado bajo los postulados de la integración y la identidad cultural, la autenticidad, el humanismo de trascendencia y el buen uso del poder personal. Desde ahí, sostenemos que, para ejercer un auténtico liderazgo, los dirigentes deben basarse siempre en la información que proviene de la ciencia, el humanismo sensible y los valores propios de la trascendencia, convertidos en los tres ejes temáticos que estructuran el modelo formativo del Colegio y del programa Formación Avanzada de Dirigentes −FAD−, que son la ciencia, el humanismo, y la espiritualidad. En el corazón de nuestro modelo formativo, está la dinámica de integración personal, como núcleo articulador de los tres ejes temáticos. Es el centro desde el cual se cultiva el poder interior, o poder auténtico, factor que legitima el quehacer de un verdadero líder. Todas las diferentes materias que configuran nuestros planteamientos y líneas de desarrollo humano, organizacional y social, encajan dentro de los ejes temáticos del modelo Quirama, siempre entrelazados y orquestados por la integridad personal como fundamento del alma del liderazgo. Cuando hablamos de lo político, de lo económico, de lo biológico, de lo ecológico, de lo espiritual, de lo estético, de lo filosófico, de la salud, del bienestar, del desarrollo, etc., procuramos que estén siempre articulados por el modelo y filosofía de Quirama, de tal manera que se mantenga a la vista, y se comprenda siempre, la idea de integración cultural, y de unidad de todo cuanto configure la naturaleza de la realidad. Tal es el desafío que encaran los líderes del siglo 21, para la convivencia pacífica del hombre con todas las diferentes expresiones que la vida, en su generosidad, ha creado. Mauricio Cardona Escobar Colegiado

La constitución de 1886, de Caro y Núñez, era eminentemente centralista. Surgió como una respuesta del régimen de la regeneración, frente a los escarceos federales que había padecido la República durante decenios, a cuya inestabilidad institucional se atribuye buena parte de las guerras civiles que desangraron a Colombia durante el siglo XIX. Nuestras constituciones federales, como la de Rionegro de 1863, eran textos de cierta forma ingenuos o algo primitivos, con rasgos muy diferentes a los del federalismo moderno. Específicamente resultó desastrosa la cláusula que permitía a los estados soberanos reclutar sus propios ejércitos, a la vez que se impedía a la nación disponer de uno. Este arreglo institucional, aunado a la belicosidad de los señores feudales que, en la práctica, resultaron ser los gobernadores o jefes supremos de cada estado, resultó en catastróficas y sucesivas guerras civiles internas o entre los estados que integraban la nación o federación. Esta circunstancia, más el hecho de que muchos de los que profesaban las ideas federalistas resultaron de un agudo radicalismo, contribuyeron a la imagen sombría que el término “federal” adquirió en nuestros estudios constitucionales. Si bien la constitución de 1886 corrigió los defectos del federalismo primitivo del siglo XIX, llevó la centralización del poder al extremo opuesto, sin que la reforma de 1991 pudiera corregirla. Es sabido que, aunque esta última proclama desde su artículo primero la autonomía de las entidades territoriales, esta declaración ha demostrado ser inútil. Vacía. Por el contrario, la centralización, especialmente de los recursos fiscales, ha continuado su avance cada vez más agresivo sobre el presupuesto público y sobre todos los aspectos de la administración. Sucesivas reformas en materia de régimen departamental y municipal no han evitado esa tendencia y actualmente la nación recauda el 84% de todos los tributos. Hace 100 años, los recursos fiscales se repartían aproximadamente por partes iguales entre la nación, los departamentos y los municipios, con lo cual es obvia la tendencia hacia una creciente centralización. El año 2024, el Congreso aprobó la reforma constitucional que corrige parcialmente este desequilibrio, ordenando a la nación un aumento gradual en la participación de las entidades territoriales en los ingresos corrientes de la nación, hasta llegar al 39,5% de ellos en un lapso de diez años. Pero este incremento progresivo en las transferencias deberá ir acompasado con una transferencia proporcional y gradual en las competencias, que deberá ser establecida y detallada en una ley que el gobierno debe presentar en los próximos días. Quirama, a través de su grupo de estudios constitucionales, apoyó la reforma constitucional aludida, y participará ahora en la discusión del proyecto de ley de competencias próximo a ser presentado. Aunque Quirama siempre ha propendido por un federalismo moderno, es decir, inspirado en constituciones dinámicas y exitosas, como las de la República Federal Alemana (con su fondo de compensación para mejorar la situación económica de las regiones más pobres) o, mejor aún, la de la Confederación Helvética (con sus estrictas normas en materia de neutralidad geopolítica y responsabilidad fiscal), hemos apoyado las mencionadas iniciativas porque, aunque distan mucho de lo que sería propiamente una constitución federal, son un avance autonómico que debe redundar en beneficio de todo el país y de cada comunidad en particular. Héctor Quintero Coordinador Foro de Autonomistas