COMUNIDAD QUIRAMA: Sobre el Ejercicio del Poder Personal. Hacia Un Liderazgo Auténtico

September 6, 2024
SOBRE EL EJERCICIO DEL PODER PERSONAL
Hacia un liderazgo auténtico
Mauricio Cardona E.

LO QUE ES LIDERAZGO
Liderazgo es el cultivo permanente del poder auténtico (o poder personal interior), el cual en las relaciones interpersonales se ofrece al servicio de los demás (de “los otros”), para que pueda servirles en cultivo de su propio poder interior (auténtico poder), de tal forma que por sí mismos, en consciencia, presencia, libertad, responsabilidad y autonomía (madurez), actúen en la dirección que consideren más adecuada hacia el bien común, la sostenibilidad, el desarrollo y la evolución de la vida.

Mauricio Cardona E.

Introducción
El mundo está pendiente de que los seres humanos aprendamos a utilizar bien nuestro poder personal interior. La mayoría de los problemas, dilemas y contradicciones planetarias tienen su origen en el mal uso del poder personal. Ocurren cuando las personas y la dirigencia agencian su poder únicamente para satisfacer los intereses personales o el bien particular. En cambio, se vive en armonía, y se facilita el desarrollo y el progreso, cuando el poder auténtico, o el poder interior natural de los seres humanos, se cultiva y se pone al servicio de los demás y del bien común. 

Esta es la base del verdadero liderazgo, fundamento de la salud organizacional y social. Los fenómenos recientes del mundo nos evidencian esta ausencia de poder auténtico (y de auténtico liderazgo).

La realidad de nuestra actual situación
Los problemas planetarios actuales son causados por nosotros los seres humanos. Las grandes brechas (la ecológica, la social y la espiritual, a manera de macro problemas) que hoy enfrentamos, son resultado de nuestra manera de ver, de juzgar, de decidir y de actuar.
Son resultados de nuestro lugar de consciencia; son resultados de nuestros valores, sentimientos, creencias, actitudes y comportamientos. Nuestras formas de actuar hablan de quienes somos (qué pensamos, qué sentimos, qué creemos, en suma, de cómo nos concebimos a nosotros mismos). Hablan de nuestra vida interior. Actuamos como somos y somos lo que actuamos. Nuestro comportamiento es resultado inmediato de nuestras elecciones y decisiones conscientes o inconscientes. De ahí la importancia de saber decidir; y para saber decidir (decidir bien) se requiere saber ver y saber comprender. Y para saber ver y comprender se requiere estar integrados como personas y descubrirnos como lo que somos, vida, luz, amor, compasión, potencial, y posibilidad.

Desde la fragmentación y la separación nos hemos equivocado (en relación con aquello que produce sintonía con la vida y sus diferentes niveles de manifestación). Esto quiere decir que si la causa de dichas brechas nace en nuestro interior, está también en nuestro interior la manera de transformar la realidad que vivimos. Significa que está en nuestra vida interior, lo cual quiere decir que depende de nuestra transformación interior producto de nuestro cultivo interior. Queremos que haya cambios en el mundo? Primero nos tenemos que abrir nosotros mismos a la transformación interior para que se den genuinos cambios en nosotros. Ahí es donde entra en juego nuestro poder interior, o nuestro poder auténtico. 

Lo opuesto a nuestro poder auténtico es nuestro poder externo; este poder nos habla de que, en general, nosotros suponemos que las causas de los macro problemas están afuera, y que no podemos hacer nada porque “así es el mundo y esas son sus reglas de juego” (y eso es cierto solo si decidimos creerlo así). Con esa actitud nos pasaremos la vida en el pasado, resolviendo problemas y no asumiremos nuestra condición de cocreadores (de futuro). 

Con una expansión de nuestra consciencia, para vivir desde nuestro poder auténtico, podremos, con nuestras elecciones, decisiones y actuaciones, ser parte de las solución a dicho estado de cosas en el mundo (que son espejo de nosotros mismos). En el corto plazo, para que en nosotros se dé una expansión de la consciencia, se requiere abrirnos al autoconocimiento personal, y agenciar nuestro cultivo interior; se requiere que aprendamos a asumir lo que somos, y quienes somos, y saber utilizar nuestro poder auténtico. En el mediano y largo plazo, la humanidad viene experimentando esta ampliación de consciencia; una nueva consciencia de humanidad, y de la consciencia misma (ser conscientes de que somos seres conscientes), está emergiendo en la evolución humana. Dicha ampliación de consciencia ya empezó entre nosotros, “basta con abrir los ojos y ver”. 

Esta es una gran responsabilidad especialmente para quienes están en posiciones de dirección (dirigencia de todo tipo) ya que sus decisiones suelen tener un gran alcance, y afectan la realidad para bien o para mal (no pueden no afectar el mundo).

Del poder externo
Por razones que en el análisis histórico de la evolución cultural de la humanidad ya están quedando muy claras, los seres humanos llegamos a creer que el poder consistía en el ejercicio de nuestra voluntad sobre otras personas. Esto fue el resultado de una consciencia egoica (dominada por un ego desbordado) en donde lo que se valoraba era competir, dominar, y controlar, como resultado de la creencia de que la exploración (y explotación) del mundo exterior era lo que tenía sentido, y era suficiente para el desarrollo de la humanidad y para lograr la felicidad del hombre. 

Así, se llegó a creer que la dominación de lo material y externo, territorios, por ejemplo, incluyendo la dominación de sus habitantes, era un ideal humano beneficioso para la humanidad. Quienes lograban acumular herramientas materiales, sociales y psicológicas para dominar a otros se consideraban poderosos. Y la trampa de nuestro ego, que nos induce a identificarnos con la imagen de que dicha capacidad de control externo es poder real, ha hecho que nos sintamos poderosos (inclusive seres humanos valiosos) cuando podemos ejercer dominio sobre otros. Hoy en día sabemos que el poder así concebido, el que llamamos poder externo, puede tener consecuencias muy catastróficas. 

En medio de esta evolución cultural, de este sistema de creencias, surge el estado nacional moderno y se da la revolución industrial. La ciencia, en ese sistema, y desde una postura cincosensorial, se dedica a investigar y a explorar el mundo material, en todas sus dimensiones, logrando avances extraordinarios y positivos que reforzaban la tendencia de seguir explorando ese mundo, principalmente externo (o interno en la dimensión física de lo infinitamente pequeño). Las dimensiones de lo inmaterial, invisible y no manifiesto, perceptibles solo multisensorialmente (o transcincosensorialmente) fueron dejadas de lado, o no se consideraron terreno propio del conocimiento científico. La administración de empresas, como disciplina del conocimiento, surge en ese ambiente cultural; el límite de su alcance ya puede adivinarse. 

Del poder auténtico
Por ello, por los resultados visibles del poder externo en el mundo moderno (sus consecuencias desastrosas), emerge hoy en la humanidad una nueva consciencia que entiende el poder personal de otra manera. Es un nuevo paradigma sobre la consciencia o una metaconsciencia (consciencia de la consciencia). Igual, como una consecuencia de esta nueva consciencia, emerge un nuevo paradigma sobre el poder y el liderazgo. A esta nueva manera lo llamamos poder auténtico, que es la base del auténtico liderazgo. El poder auténtico responde a preguntas que exploran el mundo interior ¿quiénes somos los seres humanos, qué somos los seres humanos, desde dónde nos habitamos como personas, y cuál es el sentido de nuestras existencias? Esta pregunta importa mucho por varias razones: 

a) De un lado, somos seres complejos que hemos evolucionado durante un largo proceso evolutivo que nos ha dotado de rasgos, características y elementos complejos que apenas empezamos a entender (nuestro cerebro es un ejemplo de un resultado de la evolución, que está constituido así por causas específicas y para producir resultados específicos que en mucho desconocemos y apenas comenzamos a desentrañar), resultando ello en una relación con nosotros mismos que nos es muy desconocida, y,
 
b) De otro lado, esas preguntas son muy importantes porque a medida que nos vamos conociendo mejor, sabiendo desde dónde actuamos, y evitando estar movidos por el poder externo, vamos tomado decisiones que impactan para bien el devenir de las cosas del mundo, así como a nuestro propio devenir, logrando producir consecuencias positivas en función del bien común, el ecosistema, la sostenibilidad de la especie y de la evolución de la vida; nos sintonizamos mejor con la vida y el cosmos, y por consiguiente no somos obstáculo a su propio devenir. 

La ceguera con la que se actúa en una personalidad fragmentada, y presa del miedo, como casi siempre ocurre desde el poder externo, produce resultados que usualmente luego lamentamos. Hoy todos lamentamos nuestra profunda estupidez e hipocresía que ha producido el irreparable daño ambiental, y que aunque es evidente, muy pocos dirigentes quieren reconocerlo (porque la mayoría actúa hoy desde el poder externo). 

El poder auténtico es basado en la armonía interior de cada uno de nosotros, y en una armonía relacional con los demás, con el cosmos y con la fuente esencial de la vida. En el estado de poder auténtico nos descubrimos como seres no limitados a los cinco sentidos (o seres cincosensoriales) sino seres multisensoriales que reflejamos la luz del alma universal; seres que somos manifestación evidente de la gran energía creadora del universo, el amor. Seres así ya hay muchos en el mundo; son el Hombre Universal emergente.

En el polo o dimensión interior de nuestro ser unitario (también somos exterioridad), el poder auténtico se despierta y se proyecta cuando nuestra alma y nuestra personalidad están haciendo unidad, en plena armonía y sintonización. Ocurre cuando nuestra alma ha podido evolucionar libre de ataduras y apegos para que la personalidad evolucionada la refleje de forma transparente y luminosa. Corresponde con el proceso de integración personal, hacia el estado de presencia (consciencia expandida, y unificación en el alma), cuando abrimos la mente, el corazón y la voluntad, habiendo unificado así nuestro yo (de la personalidad) con el YO (consciencia del alma).

En la dimensión o polo exterior de nuestro ser unitario, nuestro poder auténtico logra hacer su tarea de cocrear (que es nuestra tarea en el mundo), cuando trabajamos para que el poder personal esté al servicio de la armonía, la cooperación, la participación y el compartir, y la reverencia por la vida. La fragmentación y separación que han reinado hasta ahora, en una etapa de la humanidad egoica, como una ilusión, empieza a desaparecer. 

Esta es la esencia de la trascendencia a la que estamos llamados todos los seres humanos. Nuestro viaje en la Escuela de la Tierra es el viaje de aprender a vivir desde el poder auténtico. Y es desde este poder que, habiendo evolucionado, enmendaremos nuestro camino en la Tierra, con una consciencia de humanidad (consciencia expandida más allá del ego, o la personalidad herida) basada en el amor que somos.

Si la dirigencia planetaria, de todo tipo, no trabaja en el cultivo del poder auténtico, los viejos liderazgos seguirán produciendo la mismas consecuencias que hasta ahora han obtenido en la Tierra. Solo un nuevo liderazgo, basado en el poder auténtico (auténtico liderazgo), logrará reestablecer la amistad del hombre con la vida (y por supuesto consigo mismo y con los demás) y evitar que sea un hecho cumplido la sexta extinción de especies en nuestro planeta (que ya va avanzada), la cual puede acarrear nuestra propia extinción. 

Liderazgo, entonces, hoy se entiende como cultivo del poder auténtico propio para ponerlo al servicio de los demás para que cultiven su propio poder auténtico. Desde ahí viviremos el ser compasivo que estamos llamados a ser. El liderazgo del siglo 21 será compasivo o no habrá ningún liderazgo (y no habrá siglo 21).  

Nota: Agradezco a Gary Zukav sus inspiraciones sobre el poder auténtico.

Mauricio Cardona E.

Blog Colegio Altos Estudios de Quirama

July 30, 2025
En forma pionera, hace casi sesenta años, Jorge Rodríguez Arbeláez, fundador del hoy Colegio Altos Estudios de Quirama, entendía que en nuestra sociedad había que ejercer un liderazgo diferente. Que existía una crisis ética y moral en la dirigencia, y que eso tenía que ver con la manera de ejercer el poder, no en beneficio propio sino de toda la colectividad, del bien común. Entendía que la cultura y nuestra forma de vivir tienen importantes alcances y repercusiones sociales y ecológicas, ya que, de una manera u otra, siempre somos cocreadores de cultura. Con la intención de que quienes ostentan cargos de dirección, pública o privada, fueran más conscientes y responsables de su papel creador de cultura y cuidadores del medio ambiente, Jorge Rodríguez Arbeláez fundó la institución que en 1989 se convirtió en el actual Colegio Altos Estudios de Quirama, como Escuela de Liderazgo. Hoy consideramos que la visión premonitoria del fundador, propia de un hombre dedicado a la indagación profunda, y comprometido con el ejercicio del pensar integral e integrador, no solamente sigue siendo válida, sino más urgente que nunca. Así, por más de 40 años, hemos seguido trabajado bajo los postulados de la integración y la identidad cultural, la autenticidad, el humanismo de trascendencia y el buen uso del poder personal. Desde ahí, sostenemos que, para ejercer un auténtico liderazgo, los dirigentes deben basarse siempre en la información que proviene de la ciencia, el humanismo sensible y los valores propios de la trascendencia, convertidos en los tres ejes temáticos que estructuran el modelo formativo del Colegio y del programa Formación Avanzada de Dirigentes −FAD−, que son la ciencia, el humanismo, y la espiritualidad. En el corazón de nuestro modelo formativo, está la dinámica de integración personal, como núcleo articulador de los tres ejes temáticos. Es el centro desde el cual se cultiva el poder interior, o poder auténtico, factor que legitima el quehacer de un verdadero líder. Todas las diferentes materias que configuran nuestros planteamientos y líneas de desarrollo humano, organizacional y social, encajan dentro de los ejes temáticos del modelo Quirama, siempre entrelazados y orquestados por la integridad personal como fundamento del alma del liderazgo. Cuando hablamos de lo político, de lo económico, de lo biológico, de lo ecológico, de lo espiritual, de lo estético, de lo filosófico, de la salud, del bienestar, del desarrollo, etc., procuramos que estén siempre articulados por el modelo y filosofía de Quirama, de tal manera que se mantenga a la vista, y se comprenda siempre, la idea de integración cultural, y de unidad de todo cuanto configure la naturaleza de la realidad. Tal es el desafío que encaran los líderes del siglo 21, para la convivencia pacífica del hombre con todas las diferentes expresiones que la vida, en su generosidad, ha creado. Mauricio Cardona Escobar Colegiado
July 29, 2025
La constitución de 1886, de Caro y Núñez, era eminentemente centralista. Surgió como una respuesta del régimen de la regeneración, frente a los escarceos federales que había padecido la República durante decenios, a cuya inestabilidad institucional se atribuye buena parte de las guerras civiles que desangraron a Colombia durante el siglo XIX. Nuestras constituciones federales, como la de Rionegro de 1863, eran textos de cierta forma ingenuos o algo primitivos, con rasgos muy diferentes a los del federalismo moderno. Específicamente resultó desastrosa la cláusula que permitía a los estados soberanos reclutar sus propios ejércitos, a la vez que se impedía a la nación disponer de uno. Este arreglo institucional, aunado a la belicosidad de los señores feudales que, en la práctica, resultaron ser los gobernadores o jefes supremos de cada estado, resultó en catastróficas y sucesivas guerras civiles internas o entre los estados que integraban la nación o federación. Esta circunstancia, más el hecho de que muchos de los que profesaban las ideas federalistas resultaron de un agudo radicalismo, contribuyeron a la imagen sombría que el término “federal” adquirió en nuestros estudios constitucionales. Si bien la constitución de 1886 corrigió los defectos del federalismo primitivo del siglo XIX, llevó la centralización del poder al extremo opuesto, sin que la reforma de 1991 pudiera corregirla. Es sabido que, aunque esta última proclama desde su artículo primero la autonomía de las entidades territoriales, esta declaración ha demostrado ser inútil. Vacía. Por el contrario, la centralización, especialmente de los recursos fiscales, ha continuado su avance cada vez más agresivo sobre el presupuesto público y sobre todos los aspectos de la administración. Sucesivas reformas en materia de régimen departamental y municipal no han evitado esa tendencia y actualmente la nación recauda el 84% de todos los tributos. Hace 100 años, los recursos fiscales se repartían aproximadamente por partes iguales entre la nación, los departamentos y los municipios, con lo cual es obvia la tendencia hacia una creciente centralización. El año 2024, el Congreso aprobó la reforma constitucional que corrige parcialmente este desequilibrio, ordenando a la nación un aumento gradual en la participación de las entidades territoriales en los ingresos corrientes de la nación, hasta llegar al 39,5% de ellos en un lapso de diez años. Pero este incremento progresivo en las transferencias deberá ir acompasado con una transferencia proporcional y gradual en las competencias, que deberá ser establecida y detallada en una ley que el gobierno debe presentar en los próximos días. Quirama, a través de su grupo de estudios constitucionales, apoyó la reforma constitucional aludida, y participará ahora en la discusión del proyecto de ley de competencias próximo a ser presentado. Aunque Quirama siempre ha propendido por un federalismo moderno, es decir, inspirado en constituciones dinámicas y exitosas, como las de la República Federal Alemana (con su fondo de compensación para mejorar la situación económica de las regiones más pobres) o, mejor aún, la de la Confederación Helvética (con sus estrictas normas en materia de neutralidad geopolítica y responsabilidad fiscal), hemos apoyado las mencionadas iniciativas porque, aunque distan mucho de lo que sería propiamente una constitución federal, son un avance autonómico que debe redundar en beneficio de todo el país y de cada comunidad en particular. Héctor Quintero Coordinador Foro de Autonomistas
July 28, 2025
Introducción El liderazgo verdadero supera la simple autoridad jerárquica y se fundamenta profundamente en el ser humano, en su consciencia y en su capacidad para percibir a los demás como parte de sí mismo. Esto es lo que llamamos Liderazgo desde el SER. El desarrollo humano en las organizaciones depende de la evolución del nivel de consciencia de sus líderes, factor clave para generar un auténtico impacto social. La esencia del liderazgo desde el ser Frecuentemente se confunde liderazgo con jefatura, esta última basada en la autoridad formal, capaz de premiar o castigar. En las organizaciones actuales se tiene a estimular el liderazgo, fundamentado en la coherencia entre líder y seguidores, compartiendo propósitos comunes y percibiendo al líder como la persona idónea para alcanzarlos. Este liderazgo depende menos de técnicas aprendidas y más de la capacidad intrínseca del líder para conectar y transformar. Niveles de consciencia y liderazgo El liderazgo desde el SER surge de una profunda evolución en la consciencia, descrita por la psicología transpersonal en cinco niveles: Identificación con el cuerpo Identificación con la cultura o el pensamiento colectivo Identificación con el ego o personalidad Identificación con el alma o consciencia vacía Identificación con el universo o consciencia universal Cada nivel incluye y trasciende al anterior, creando visiones del mundo y éticas diferentes. El liderazgo desde el SER emerge claramente desde el cuarto nivel, orientado al servicio colectivo más que al reforzamiento del EGO, propio del nivel 3 de consciencia. La empresa consciente: paradigma emergente El modelo empresarial consciente se caracteriza por motivarse genuinamente por el servicio a la humanidad. Estas organizaciones ven la utilidad económica como medio, no como fin, integrando propósitos de sostenibilidad ambiental, equidad social y desarrollo económico, un enfoque que integra el bienestar de la sociedad y el del personal con el de los inversionistas. Este modelo, conocido actualmente como capitalismo consciente, impulsa la solidaridad sobre el egoísmo, la cooperación sobre la competencia, y la auto-realización personal sobre la motivación puramente económica. Implica un cambio social profundo, evolucionando desde una orientación materialista hacia una humanista y espiritual. Las organizaciones conscientes, propias de esta visión del capitalismo, funcionan como centros de aprendizaje y evolución, aprovechando experiencias laborales para promover el desarrollo integral. Así, el enfoque social pasa de la "mano invisible" del mercado a una consciencia activa y visible de unidad e interdependencia entre empresa y sociedad. El proceso de cambio: una revolución espiritual La transición hacia este modelo puede parecer idealista, pero es realizable mediante cambios conscientes a nivel individual que, al generar una masa crítica, impulsan transformaciones colectivas. El idealista práctico acepta la realidad, pero busca transformarla inspirado en ideales superiores. La transformación necesaria es fundamentalmente espiritual, diferenciada de prácticas religiosas. La espiritualidad implica una búsqueda interna, trascendente y personal, independiente de doctrinas específicas. Arnold Toynbee afirmaba que los problemas sociales modernos solo pueden resolverse mediante una profunda revolución espiritual en los individuos. Sin una base espiritual renovada, ningún cambio organizacional será auténtico y duradero. Conclusión El liderazgo desde el ser es una respuesta esencial a los desafíos actuales , fundamentada en la evolución de la consciencia humana. Las organizaciones actuales que desean evolucionar hacia modelos más sostenibles, centrados en el bienestar de la humanidad, necesitan líderes capaces de vivir desde un propósito trascendente, transformándose en catalizadores del desarrollo humano integral, y contribuyendo así a un mundo más justo, sostenible y conectado. ALBERTO J. MERLANO A. Administrador Miembro de la Junta Directiva de ECOPETROL
July 25, 2025
La madera y la arcilla se trabajan con atención, destreza y cuidado. Convertirlas en un instrumento, en una forma útil y bella o en cualquier artefacto con alma, que sirva y permanezca, requiere de un acercamiento sensible y, a la vez, una práctica constante de acción y visión. En la labor manual se encuentran las terminaciones nerviosas que provienen de ambos hemisferios cerebrales. Tal vez por eso apreciamos tanto los objetos que provienen del trabajo dedicado de un artesano que, con la paciencia de los días, ha creado algo a mitad de camino entre la técnica y el arte. Es por esto que, aunque nos hayan dicho que el liderazgo nace del carisma, de un talento innato extraordinario o de una existencia predestinada, realmente se parezca más a la labor constante de un alfarero o de un carpintero que, día a día, asumen su oficio con minucia y atención. Saben que jamás harán la obra perfecta; comprenden que quizás su oficio permanezca casi siempre anónimo. Y, aun así, cada mañana entran a su taller, miran sus herramientas y a sus compañeros de oficio con cariño y emprenden su labor generosa y dedicada sin más ambiciones que terminar el día con una obra más en sus manos. Richard Sennett, en su libro El artesano, dice que “la gente puede aprender de sí misma a través de las cosas que produce”. No solo aprendemos de lo que hacemos. También lo que hacemos nos transforma. Si vemos el liderazgo como un ejercicio artesanal, entenderíamos que habilidad y ética son inseparables, que nuestro trabajo es una manifestación expresiva de nosotros mismos, que siempre es un buen momento para encontrar mentores, que nunca podemos perder de vista nuestras imperfecciones o limitaciones y que la práctica diaria pesa más que la perfección ocasional. Descubriríamos, además, que no todo es inspiración ni reconocimiento: hay días para ordenar herramientas, barrer el polvo, iterar y atrevernos a ensayar lo desconocido. El liderazgo consciente es un oficio que se va puliendo, como cualquier artesanía, bajo manos capaces de sostener un proceso de integración. ¿Será entonces esta época nuestra el momento de reconectar lo que nunca debimos separar, cuerpo y mente, movimiento y reflexión, poesía y pragmatismo? No convirtamos al liderazgo en un ideal fijo e intimidante. Dejemos atrás el modelo del macho alfa que todo lo sabe y nunca se equivoca. Vivamos el liderazgo con la presencia y entrega de Beppo Barrendero, ese personaje entrañable de Momo, el libro de Michael Ende, que barría una calle larguísima concentrándose solo en la baldosa siguiente. O con la determinación y paciencia de Jane Goodall quien, durante décadas, observó, cuaderno en mano, a los chimpancés en Tanzania. O con la creatividad y finura del Pibe Valderrama, que, con su mente tranquila, su mirada certera y sus pies sabios como las manos del mejor artesano, hacía del fútbol una obra de arte que deleitaba a todo un país. Como ellos, una chef no se despierta pensando en su “meta a 10 años”, sino en el plato que va a preparar hoy, en cómo hacerlo mejor que ayer. Un profesor no enseña distinto porque lo estén mirando. Una alfarera no cambia la danza de sus manos con el barro según su cliente. El artesano sabe que el valor está en la calidad de lo que crea, no en el tamaño del escenario ni en los apellidos del público. No está desesperado por escalar posiciones, sino que celebra la tarea bien hecha. En ese gesto simple está la excelencia. Y de esa excelencia nace la creación de valor, el verdadero servicio que transforma sociedades y culturas. “Solo somos felices cuando creamos”, dice el sacerdote y escritor Pablo D’ors. Un líder con espíritu de artesano comprende que su primer trabajo de afinado es consigo mismo. Se cuida, se forma, se piensa en su propia aventura de ser, fluir e iterar. No divide el trabajo entre lo que le gusta y no le gusta: se acerca con curiosidad a cada parte del proceso, sabiendo que ahí, en la repetición paciente y la atención, se va revelando su propósito. Ama las dificultades y las ve como hechos apenas naturales, como una veta en la madera o un grumo en el barro que se escurre entre sus dedos. Invitemos a luthiers, ceramistas, alfareros, bordadores y herreros a que nos enseñen a nosotros, gerentes y líderes del siglo XXI, que lo esencial está justo al alcance de nuestras manos. Ellos entienden que la maestría no llega de golpe, que una pieza de calidad requiere tiempo, disciplina y entrega. Asumámonos como artesanos de nuestro propio liderazgo y reconozcamos que la sociedad, las instituciones y las empresas son obras vivas, siempre en evolución y pulimiento. Lo más probable es que, en ese camino de devoción, encontremos que el sentido está en afrontar nuestro humilde oficio con esa mezcla de amor y rigor que habita, desde siempre, en el interior de los más antiguos talleres. David Escobar Arango Director de Comfama
July 24, 2025
Un video semanal, un momento para PREGUNTAS, OPINIONES, VISIONES Y REFLEXIONES. Encuentra el archivo de nuestras VISIONES AQUÍ
July 23, 2025
Hoy somos testigos del ingreso del poder interior a la mayoría de edad dentro del ámbito del liderazgo. En una sociedad planetaria, marcada por el uso predominante del poder externo —ese falso poder basado en el control, la manipulación y el ego—, las consecuencias negativas son evidentes. En respuesta, emergen con fuerza propuestas centradas en una forma distinta de ejercer el poder, más alineadas con la dignidad humana y el bien común. Desde hace cerca de veinte años, en Quirama hemos proclamado una convicción central: el verdadero liderazgo nace del poder interior, transformado en poder auténtico. Este principio ha sido piedra angular en la formación de líderes para una sociedad necesitada de sentido, integridad y coherencia. El momento clave de claridad en esta visión surgió cuando compartí con Jesús Alfonso Jaramillo, entonces Director Ejecutivo de Quirama, mi experiencia con Gary Zukav, pensador espiritual con quien profundicé en el concepto de poder auténtico. Desde mis años de estudios de posgrado en Estados Unidos, me acompañaba una pregunta central: ¿qué convierte a un dirigente en un verdadero líder? En Quirama, esa misma inquietud nos movilizaba a buscar nuevas maneras de formar líderes para el país. Fue Zukav quien iluminó esa búsqueda, al mostrar que el liderazgo auténtico no reside en el poder externo, sino en la integración interior del ser humano. El poder auténtico surge cuando nuestra personalidad está alineada con los propósitos del alma, y ese alineamiento se manifiesta en acciones que buscan el bien colectivo. Estudios posteriores han confirmado la validez de esta intuición. Desde este enfoque, algunas distinciones fundamentales deben hacerse: Todos los seres humanos somos portadores de poder personal. La forma en que usamos ese poder es esencial para la vida civilizada. En contraste, el poder auténtico nace del interior, de una consciencia integrada, orientada al servicio y al bien general. Es una expresión del alma en acción. Este poder auténtico configura el verdadero Cuando usamos nuestro poder para imponer, manipular u oprimir desde el ego, estamos operando desde el falso poder, o poder externo, característico del antiliderazgo. En contraste, el poder auténtico nace del interior, de una consciencia integrada, orientada al servicio y al bien general. Es una expresión del alma en acción. Este poder auténtico configura el verdadero liderazgo, y está emergiendo cada vez con mayor claridad en el mundo, anunciando una nueva forma de ser humanos —lo que Zukav llama el “Humano Universal”. El liderazgo basado en el poder auténtico no es una utopía lejana, sino una posibilidad concreta que requiere decisión, formación y profunda coherencia interna. Es la apuesta que hacemos desde Quirama: formar dirigentes que cultiven su poder auténtico y lo pongan al servicio de una humanidad más justa, compasiva y luminosa.
Más publicaciones